Era uno de esos días que decides dedicarlo a hacer limpieza de alguno de los armarios donde guardas cosas que nunca utilizas. Empecé por el estante superior a sacar cajas con libros antiguos, revistas viejas, papeles en fase de fosilización, facturas del mesozoico y otras cosas inútiles que un día decides guardar sin ningún motivo. Entre el maremágnum de papeles, rápidamente me llamó la atención un recorte de periódico descolorido y amarillento debido al paso del tiempo. Era un artículo sobre los manantiales y fuentes del Alcubilla publicado en el Soria Semanal el 3 de julio de 1990. El título era rimbombante: "Alcubilla de Avellaneda el pueblo de las 100 fuentes". Empecé a leerlo, hablaba de lugares, de fuentes y de sitios que jamás había oído hablar. Para el que no pueda recuperar ese artículo, aquí transcribo algunos de los párrafos que más me llamaron la atención: |
Alcubilla de Avellaneda fue conocida, y aún sus habitantes lo recuerdan como el pueblo de las
cien fuentes...
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... La mayoría de sus fuentes drenan en la parte baja del manto que cubre los recursos
subterráneos, muy próximas al cauce de los ríos, e incluso directamente a ellos, por lo que el
caudal es constante y regular.
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Cuando terminé de leer el artículo, me vinieron a la cabeza infinidad de preguntas. Para descubrir la respuesta solamente necesité dar un paseo y recorrer los manantiales más cercanos al pueblo y ver el deplorable estado de conservación de algunas fuentes. Fuentes como las de Fuentepiojosa, Fuentesauco o las fuentes del antiguo lavadero, que por su proximidad al pueblo (no más de 100 metros), podrían habilitarse como zonas de esparcimiento, de recreo o de juegos infantiles. Fuentepiojosa a punto de ser cegada y engullida por la finca de labranza en la que se encuentra, la de Fuentesauco en condiciones lamentables. Tratamiento especial se merecen las del antiguo lavadero. Son varios los manantiales que allí surgen, su estado es pésimo. Imposible acceder a ellos ni andar por su alrededor a menos que te abras camino entre la maleza con un machete de andar por la jungla. Es una verdadera lástima ya que su ubicación es ideal, a pie de carretera y al lado de la ermita. |
Fuentepiojosa a punto se ser engullida por la finca donde se encuentra
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Después de visitar los manantiales más cercanos al pueblo, tuve suficiente. Si los más próximos
al pueblo están así, ¿cómo estarán los que se encuentran a 2, 3 o 4 km.? No es justificación decir que no sirven para nada, que su función ya no tiene sentido. Efectivamente, la utilidad básica de los manantiales hacia los habitantes del pueblo en el pasado, era la de refrescar y apagar la sed de los sufridos labradores. Esto en la actualidad ya no tiene sentido, es más, lamentablemente puede ser hasta contraproducente ingerir agua de cualquiera de nuestros manantiales. Hoy en día entre los abonos, nitratos y pesticidas de los cultivos intensivos, y los desechos fecales de las explotaciones ganaderas, han hecho que el agua que mana de estas fuentes sea del todo desaconsejable e incluso peligrosa para la salud. Por ello si no le damos otra utilidad o las rehabilitamos (por lo menos las más cercanas a la población) a otras funciones como son las zonas de recreo y esparcimiento, llegará un momento en que se cegarán o se convertirán en simples arroyos de agua sin ningún interés ni utilidad. |
Alcubilla tiene una red de manantiales y fuentes que deberíamos considerar como un patrimonio
y una riqueza que se debe proteger y cuidar, es una deuda no con nosotros, sino con las
generaciones futuras. Un pueblo que no cuida ni protege su medio ambiente, es un pueblo que no
se quiere a sí mismo, sin ninguna posibilidad de crecer ni de evolucionar. En definitiva, un
pueblo en decadencia.
De repente volví la mirada hacia el artículo, lo doblé y lo guardé de nuevo. Posiblemente
dentro de 10 o 15 años, cuando lo vuelva a desempolvar, Alcubilla ya no será el pueblo de las
100 fuentes, quizás solo lo sea de 5 ó 6. Posiblemente entonces el artículo se pueda hasta
enmarcar como curiosidad histórica. |
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